Acaban de nombrarlo para liderar a los jóvenes de su iglesia y no tiene idea de qué hacer. Entonces, imagina la cantidad eventos que deberá realizar: campamentos, congresos, tardes de alabanza, cultos jóvenes creativos, promociones, etc. Nada de esto tendrá sentido si, antes, no se hace algunas preguntas esenciales: ¿A quién le hablará? ¿Quiénes son los jóvenes de esta nueva generación? Estamos insertos en una cultura de constante cambio. Por lo tanto, es necesario aceptar que tenemos una generación diferente cada cinco años.
Por estar en una cultura mediática e imaginativa por naturaleza, necesitamos analizar las características de esta generación para liderar de forma eficaz. Recuerdo que mi padre salía temprano para cuidar de la hacienda y tenía ese ambiente para enseñarme una profesión. Salíamos juntos, montados a caballo, a fin de traer el ganado al corral, vacunar y seguir todo el manejo. Durante este proceso, yo tenía su compañía. Hoy, en la edad de los medios, los padres y los hijos están ocupados en actividades con el uso de smartphones, computadoras, TV, juegos dentro de la misma casa y casi no se hablan más.
El hecho es que el mundo cambió, la cultura cambió, y el comportamiento joven cambió. Por eso, quiero invitarlo a analizar las características de la generación Z, las personas nacidas entre 1990 y 2010.
La generación Z come un fruto amargo de la débil presencia de los padres, huérfanos de padres vivos, lo que genera distanciamiento físico y emocional. Educados por parientes o vecinos, no están aprendiendo a desempeñar, en la vida adulta, el papel de cónyuges, padres o madres; tienen dificultades de ser profesionales o incluso de ejercer una vida digna y moral. Conectados a internet con diversos tipos de dispositivos que parecen ser parte del cuerpo, viven como seres alienados, muchas veces, a todo lo que ocurre a su alrededor.
Como afirmó el sociólogo Bauman: “el espíritu posmoderno es bastante humilde para prohibir y bastante débil para desterrar los excesos de la ambición moderna”. El 74% de la generación Z acepta innegociablemente el matrimonio del mismo sexo, sin embargo, solo el 4% aceptarían casarse con una persona del mismo sexo. Aunque defiendan esa ideología no bíblica, ellos no son una generación que está rompiendo con grandes cambios. Ellos buscan una libertad individual, y ese es el gran valor que está por detrás de la generación Z.
Recibieron más espacio que cualquier otra generación de los últimos mil años. Eso significa que son autodirigidos. Esta generación es más sensible a la desigualdad, lo que provoca un compromiso social, creando así las “buenas vibras”. Son ansiosos e inmediatistas, incapaces de postergar sus deseos, lo que acaba haciendo de cada uno de ellos presas fáciles del consumismo capitalista.
Están inquietos para comenzar a trabajar. Son más maduros que la generación Y. Están, aparentemente, al control. Pretenden “cambiar el mundo”. Aprendieron que las elecciones tradicionales no garantizan el éxito; son emprendedores en su esencia. Buscan educación y conocimiento usando los medios sociales como una herramienta de constante búsqueda. Al dividir sus pensamientos en cinco pantallas delante de sus ojos, su atención comienza, entonces, a disminuir, algo normal para cualquier cerebro humano, de acuerdo con estudios neurocientíficos.
Como valoran la experiencia, quieren sentir primero y entender después. Hacer que nuestros jóvenes sientan que Dios los ama y después proclamarlo y explicarlo tiene más sentido para esta generación que lo opuesto. En varios momentos en la Biblia, vemos a Jesús liderando y haciendo milagros, siguiendo exactamente este modelo.
La historia de la mujer encontrada en flagrante adulterio (Juan 8:13) hizo que ella reflexionara en un Dios que mostró primero su amor y perdón, atrayéndola hacia la importancia del arrepentimiento sincero, seguido de confesión, y entonces, después de comenzar a seguir al Maestro, es cuando ella recibió las explicaciones detalladas sobre la vida cristiana.
En la fase de las grandes decisiones, entre los veinte y treinta años, nuestros jóvenes quieren disminuir la infancia y prolongar la juventud, retardando así la responsabilidad, el matrimonio, la permanencia en la casa de los padres, etc. O sea, el momento de decisiones esenciales para la vida está siendo cada vez más demorado; se está perdiendo el tiempo.
Si analizamos, en la historia, las grandes ideas que la marcaron vinieron de los jóvenes.
Nelson Mandela, a los veintitrés años, se mudó a Johannesburgo para iniciar la lucha contra el Apartheid. Martin Luther King Jr., a los veintiséis años, lideró boicots y comenzó la conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur para la igualdad entre razas en los Estado Unidos. Steve Jobs, a los veinte años creó a Apple en el garaje de la casa de su padre. Sergio Moro, a los veinticuatro años, se volvió juez federal de Brasil.
¿Cuál es el panorama de los jóvenes de esta generación en sus decisiones? ¿Estar sin saber qué están haciendo? Engañados con una cultura inútil, muchos aún son dependientes financieros de la familia y no saben cuándo serán felices, cuándo se sentirán realizados con sus propios esfuerzos.
Dios lo llamó para liderar esta generación; Dios confió en sus manos el perfeccionamiento de los jóvenes para su servicio (Efesios 4:12), “hasta que nuestros jóvenes lleguen a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” (Efesios 4:13). Pero, para realizar esta misión, es necesario mirar hacia algunos principios que nortean la forma de su liderazgo joven en la cultura de la generación Z.
Autenticidad: recientemente, oímos hablar de las fake news. Se trata de noticias falsas que son publicadas en medios de comunicación y redes sociales como si fuesen informaciones reales. Hay casos de personas siendo perjudicadas y difamadas de forma injusta. La mentira tiene un poder viral en la cultura digital. La Folha de São Paulo hizo un levantamiento en los medios de comunicación y constató que las fake news tienen más seguidores que el contenido periodístico en las redes sociales.
Sin embargo, las fake news no son novedad para los cristianos y para los líderes de jóvenes, pues tenemos un enemigo que dice por ahí que Dios no es justo, y esparce esa fake news que genera dudas con relación al carácter de Dios. Por eso, usted, como líder de esta generación, debe legitimar las verdades bíblicas en el corazón de nuestros jóvenes. Ellos esperan autenticidad. La generación Z espera líderes que se involucren de verdad, que escuchen sus desafíos y dudas.
Líderes que se preocupen con sus incertidumbres sobre el futuro, que se involucren con sus sueños. Ellos quieren ser respetados como individuos; esperan sinceridad en las relaciones y atención. Es necesario recordar que esta generación no tiene prácticamente ninguna proximidad en casa, lo que genera un abismo emocional capaz de separarlos de todo y de todos.
Usted fue elegido para construir ese puente de autenticidad entre ellos y Dios. Más que alguien gracioso o popular, nuestros jóvenes valoran lo que es real, o sea, ¡nada de fake! La nueva generación está decepcionada de héroes que mueren de sobredosis, que eran idolatrados y están perdidos dentro de sí.
Surge aquí una oportunidad para usted, como líder, de mostrar que la Biblia no esconde los errores de sus héroes y que no es una fantasía, un invento de Marvel. Sea un líder capaz de ser usted mismo, pues es la mejor manera de liderar a sus jóvenes. Sea tan valiente al punto de abrir su corazón. Eso, sí es ser auténtico.
Poder de Dios: Para ser auténticos, necesitamos diariamente del poder de Dios. A veces, en la lucha para llenar el culto joven o traer más inscriptos a un congreso, vigilia, campamento, generamos promociones para atraer personas. Sin embargo, usted sabe que muchos dejan de asistir a las reuniones de jóvenes porque el propósito está equivocado. Si ellos no sienten el poder de Dios, no tiene sentido ir a un encuentro que promete ser con Dios.
Estamos siempre atrás de un programa excepcional que sea atrayente, pero mantener esa idea solo prolongará nuestra decepción al liderar. Me gusta ser líder porque fue en el liderazgo que aprendí a enfrentar las adversidades, decepciones y desafíos en la formación de equipos.
Liderar transforma a uno, sin embargo, aprendí en la práctica que nunca voy a lograr hacer lo suficiente para mantener todo el tiempo todos los proyectos para los jóvenes, pero descubrí que, el tiempo en el que esté con ellos, debo mostrar por medio de mí mismo, que el éxito está en Dios. Concéntrese en Dios, acampe en Dios, dirija el culto joven para Dios.
¿Qué tal buscar y mostrar el poder de Dios en su vida y en su liderazgo?
Cuando las vidas son valoradas y transformadas, la frecuencia de los cultos y proyectos aumenta. Cuando todo salga bien, exalte el poder de Dios, que realmente hace que todo ocurra, alábelo y dele el crédito a él. En 1 Corintios 1:31, Pablo nos aconseja: “para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”. Nosotros no tenemos participación en la transformación de la vida terrenal a la eterna de los jóvenes. Solo les mostramos de dónde pueden recibir poder a fin de ser transformados. La nueva generación necesita de un líder que esté dominado por la fe con una pasión contagiosa. El poder de Dios se verá cuando él llene su corazón de amor por los jóvenes y le devuelva un corazón abierto a la atmósfera celestial, purificando todo dentro de sus sueños y deseos. Ninguna idea o programa podrá competir con el poder de Dios en usted.
Visión: Qué fácil sería si pudiéramos buscar en internet o en los libros, contemplar a los grandes líderes de Israel y copiar su visión para liderar a nuestros jóvenes. Por desgracia, no daría resultado. ¿Por qué? Porque la visión comienza en lo que usted ve y cree. Tiene que ver con sus deseos y dones naturales. Recuerde el momento en el que Dios lo llamó. La visión se desarrolla con base en su pasado, en sus referencias. Converse con cualquier líder de éxito, y descubrirá columnas que otros líderes construyeron en los cimientos de un liderazgo que alcanzó el éxito. Cuando la visión sea mayor que usted, desafíe a todos a su alrededor. Si lo que usted cree agrega valor real para sus jóvenes, ellos lo seguirán. La visión atiende las necesidades de sus jóvenes. Al conocer la visión de Apple, cambiar al mundo a través de la tecnología, uno concluye que esta logró alcanzar su sueño.
Una visión bien formada será como un imán que atrae, desafía, une jóvenes y recursos. Cuantos más desafíos, más los participantes se involucrarán para alcanzarlos. ¡Construya la suya! Piense en sus jóvenes ahora. Fíjese dónde están en la vida espiritual y sueñe dónde quiere que ellos estén al final del año. Al final, Dios confía en usted para conducirlos en una experiencia edificadora.
Comunicación: sin ella, usted viaja solo. El escritor John Maxwell afirma: “los educadores toman algo simple y lo complican; los comunicadores toman algo complicado y lo simplifican”. Como líder, usted debe ser capaz de exponer su conocimiento e ideas. Con una comunicación eficaz, usted llena de entusiasmo a su equipo.
Comunicar no es solo lo que usted dice; también es la forma en que lo dice. Por lo tanto, simplifique su mensaje. No necesita intentar impresionar con palabras difíciles y conceptos filosóficos, solo simplifique.
Existen algunas estructuras que usted debe aplicar en sus discursos, sermones y presentaciones para motivar a sus jóvenes. Escriba una introducción entusiasta, que todos estén atentos a lo que está diciendo y, para su conclusión, inserte un final extraordinario. Es en ese momento en el que usted despierta el deseo en sus jóvenes de involucrarse en la acción.
Siempre que prepare sus discursos, hágase la siguiente pregunta: ¿Me estoy concentrando en mí mismo, en el material o en el público joven? Piense en las necesidades, dudas, deseos, cambios y principios que sus jóvenes necesitan. ¿Qué quiere que hagan sus jóvenes? Necesita comunicar una acción; ese es el objetivo de la comunicación.
Siempre que se encuentre frente a sus jóvenes, ellos desearán saber lo que usted tiene para decir. Entonces, en su discurso, agregue el contenido para que ellos sientan (una historia real, un milagro, una ilustración personal) para recordar (principios, versículos bíblicos, una frase con un concepto) y para hacer (su visión, las metas, los proyectos, como alcanzar a las personas). Cuando usted logra comunicarse con habilidad, su liderazgo alcanzará nuevas alturas.
Equipo: quien tiene un equipo capacitado y motivado, tiene todo lo que necesita para la ejecución de su visión, pues no conseguirá realizar sus proyectos solo. Involucre a sus jóvenes en la creación, el proceso, el experimento del proyecto y de la visión.
Existen muchas formas de liderar a un equipo, pero quiero transmitir aquí algunos pasos que han dado resultado en mi liderazgo con los jóvenes.
- Delegue actividades: deje que sus jóvenes hagan; ellos incluso podrán equivocarse, y todo bien, pues es parte del aprendizaje.
- Esté presente: para delegar con eficacia, es necesario conocer bien todas las habilidades, dones y competencias de su equipo.
- Feedback claro: escuche a su equipo sobre los procesos y las soluciones. Un buen líder invierte en el feedback recibido de su equipo y recuerde: la generación Z es la más creativa de la historia.
- Equipo de mentores: el equipo joven será más eficaz cuando empiece a cuidar más de los jóvenes. Por lo tanto, invierta en el propósito de los “jóvenes por los jóvenes”.
- Formación de líderes: proporciónele a su equipo y sus jóvenes la participación de las decisiones por medio de ideas; cree un ambiente motivador y alegre, y haga que ellos se sientan seguros para opinar, respetando también la diversidad de sugerencias que surgirán.
Estoy aquí animando y vibro con la convicción de que Dios abrirá un camino de transformación para su visión, además de contribuir con el perfeccionamiento de sus ideales. Tengo la certeza de que usted es parte de la formación de jóvenes que sacudirá al mundo y estoy inmensamente agradecido a Dios y a usted por aceptar ese llamado, esa misión.
Anderson Carneiro dos Santos
Ministerio Joven – UNoB.