“El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas” (Salmo 126:6).
La primavera es la estación que comienza en septiembre y va hasta diciembre. Pero cuando el tema es la misión que tiene el Ministerio Joven de llevar personas a los pies de Cristo y confirmar esa decisión a través del bautismo, ese período toma fuerza del primer al último día del mes de septiembre. Si queremos un Ministerio Joven centrado en la salvación de personas, necesitamos una misión estratégica, osada y movida por el Espíritu Santo. Ya lo dice el dicho popular: “Cosecharás tu siembra”. Se puede aplicar esto también a la misión de llevar personas a Cristo a través del bautismo. Se necesita un período para sembrar, una estrategia que tiene en vista en vista el gran momento del Bautismo de primavera. A continuación mostraremos un paso a paso dividido en cuatro temas fundamentales.
1º: Siembra:
Debemos entender la misión de salvar y servir de forma holística. El Ministerio Joven no es la Iglesia Adventista, pero pertenece a ella, así como todos los demás departamentos de la iglesia. Con trabajo en equipo, con la adopción de un evangelismo integrado como la estrategia más poderosa para llevar personas a Cristo, pues la iglesia funciona como un cuerpo en el que Cristo es la cabeza, cada departamento colabora para que el Bautismo de Primavera sea poderoso. Pero ¿cuál sería la parte del Ministerio Joven en ese gran emprendimiento de evangelismo? Debajo del paraguas del Ministerio Joven podemos encontrar a los Aventureros, los Conquistadores y los jóvenes. Todos estos poseen instrumentos de salvación.
Aventureros: el Club de Aventureros se dedica a la franja de edad de los 6 a los 9 años. Tenemos la orientación profética de que “Los niños de ocho, diez y doce años tienen ya bastante edad para que se les hable de la religión personal. No mencionéis a vuestros hijos algún período futuro en el que tendrán bastante edad para arrepentirse y creer en la verdad. Si son debidamente instruidos, los niños, aun los de poca edad, pueden tener opiniones correctas acerca de su estado de pecado y el camino de salvación por Cristo” (Conducción del niño, p. 464). Los dos frentes misioneros que el Club puede utilizar y que son más apropiados para estas edades son el proyecto “Padres de esperanza” y la clase bíblica del Club de Aventureros. “Padres de esperanza” desafía a los padres de los menores en edad de bautismo, pero que aún no han sido bautizados, a convertirse en instructores bíblicos de sus hijos. ¿Cómo hacer? En una de las reuniones de la red familiar del Club de Aventureros, los padres deben ser desafiados a asumir el compromiso, mediante la entrega de un estudio bíblico de acuerdo con la franja de edad del menor y realizar la instrucción del mismo en el ambiente del hogar, preparando al niño para el Bautismo de Primavera. El padre podrá entrar al bautisterio con el hijo y participar de ese momento de renacimiento espiritual. El momento también es oportuno para premiar a los padres que cumplieron de manera fiel su parte en el proyecto. La clase bíblica del Club de Aventureros debe funcionar como parte integrante del Club y de su planificación anual. Teniendo en vista el bautismo de la primavera, el Club deberá iniciar la clase bíblica en el mes de abril y finalizando en septiembre, preparando así a los aventureros para la mayor de las investiduras: el bautismo. Con el estudio bíblico apropiado para esa franja de edad y un momento definido de la programación por los directivos del Club, los aventureros deberán ser instruidos a través de las lecciones bíblicas y seguir los criterios de aprobación para el bautismo.
Conquistadores: la Clase Bíblica del Club de Conquistadores continúa siendo el instrumento más poderoso de los Conquistadores para el bautismo. Con material adaptado a la franja de edad, proporcionado en muchos casos por el Ministerio Joven o Conquistadores de la Asociación o Misión, el Club deberá establecer una clase bíblica como parte de su planificación anual. El período propuesto para la preparación de los Conquistadores para el bautismo de primavera es de abril a septiembre. La capellanía del Club deberá establecer un momento específico, que podrá ser dentro de las reuniones regulares o en días y horarios alternativos para la realización de esa actividad. Lo más importante de la clase bíblica realizada por el Club es que se desempeñe de una manera que genere contenido relevante y participación dinámica de los Conquistadores. Un gran momento para que haya bautismos de los conquistadores candidatos es el Día Mundial de Conquistadores, en una ceremonia especial y bien planificada.
Jóvenes: muchas son las maneras en las que puede trabajar la Sociedad JA de la iglesia en el período de la siembra. Algunas de esas formas son: Parejas misioneras, en las cuales los jóvenes se dividen estratégicamente en parejas y planifican los días que darán estudios bíblicos en los hogares de los interesados; Clase bíblica joven, que puede llevarse a cabo en varios lugares, como en grupos pequeños jóvenes, Generación148, clubes de jóvenes, Bases, y cualquier forma de reunión joven, no importa la nomenclatura utilizada, donde se puedan usar lecciones intencionales y de carácter evangelizador. La periodicidad de esa clase bíblica podrá ser la misma de los encuentros citados en el período que corresponda al tiempo necesario de presentación de las lecciones de evangelismo. La sociedad JA también puede desafiar a sus jóvenes a realizar evangelismos jóvenes, una serie pública de evangelismo, que puede variar de una a tres semanas y que tiene el objetivo de reunir al público interesado en el estudio de la Biblia en un auditorio donde habrá predicaciones de evangelismo realizadas por los mismos jóvenes.
2º Crecimiento:
Ya sea a través de Aventureros, Conquistadores o jóvenes, el intervalo entre el inicio de la siembra y la cosecha debe estar repleto de oraciones intercesoras por quienes estudiarán la Biblia y las acciones de compasión, reforzando así el evangelismo de la amistad. También se debe enfocar la atención en los grupos de personas que un día pertenecieron a la iglesia pero se alejaron, los amigos que visitan las iglesias e incluso aquellos que están convencidos por el mensaje, pero aun no tomaron su decisión por el bautismo. Una acción importante en ese período es ayudar a los estudiantes de la Biblia a despojarse de las cosas que les estén impidiendo llegar al bautismo, como hábitos nocivos que deben vencer, cuestiones sobre la observancia del sábado, regularización del estado civil, etc.
3ª Cosecha:
Durante todo el mes de septiembre, las acciones del ministerio joven deberán estar centradas en estructurar momentos relacionados con el bautismo de aquellos que estuvieron preparándose para el gran momento de la entrega en el bautismo de primavera. Puede ser desde un culto en la iglesia local, preparado especialmente para los que se bautizarán; congresos distritales o regionales promovidos por aventureros, Conquistadores y jóvenes; semanas de cosecha y programas adecuados para realizar una ceremonia conmovedora. Pude haber alabanzas especiales, testimonios, mensajes, oración y una decoración especial que formen parte de la programación que busca centrarse en la cosecha de primavera.
4º Los haces de luz:
El discipulado forma parte del proceso de la salvación. La persona que pasó por el momento de la siembra y se bautizó ahora se encuentra como un bebé en la fe. Debe ser cuidada, orientada, alimentada y acompañada para continuar con el desarrollo y la madurez en la caminata cristiana. A continuación, incluimos algunas sugerencias para ayudar a los recién bautizados en la caminata rumbo al cielo:
– Establezca un miembro del Club de Aventureros, Conquistadores o Jóvenes para que sea un guardián de la fe del recién convertido. El guardián debe asumir el compromiso de acompañar al recién bautizado en los primeros pasos de la vida con Cristo, desde la oración intercesora, hasta el seguimiento en la iglesia, se debe asegurar de que el recién convertido tenga acceso a los alimentos espirituales (Biblia, lección de Escuela Sabática y libros del Espíritu de Profecía), y animándolo a integrarse a la iglesia a través de los lazos de amistad y participación en la misión de la iglesia.
– Es muy importante integrar al recién bautizado en un grupo pequeño que esté cerca de su casa o, si así lo prefiere, respetando sus afinidades. La convivencia con los hermanos en un grupo menor puede fortalecer los lazos de amistad, pues así se hace conocido y se acerca más con los integrantes del grupo pequeño.
– Involúcrelos en los ministerios. Así como dice el dicho: “cabeza desocupada, taller del diablo”, es muy importante que el recién bautizado, ya sea orientándolos a descubrir sus talentos y dones, incluyéndolos en los diferentes ministerios de la iglesia, a fin de fortalecer sus músculos espirituales en la misión de salvar a sus semejantes. Tal acción lo llevará a un compromiso más íntimo con Dios y al ejercicio de la fe cristiana en la salvación de otras personas, lo que lo hará ser un misionero más apto en la causa de Dios.
Por: Péricles Barbosa
Departamental de Jóvenes de la Asociación Paulista Sudoeste – UCB