febrero 15, 2022

Todo Por Él, Nuestro Gran Llamado

by rodrigo.dorval in liderazgo

¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?  ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:33-36).

Ese es uno de los puntos más importantes de la carta a los Romanos. Pablo está listo para hacer una transición en el énfasis presentado en la carta. Hasta ese momento, él había escrito sobre temas profundos de teología. Del capítulo 1 al capítulo 11, Pablo demuestra paso a paso la manera en la que el hombre es justificado delante de Dios, cómo Cristo murió por nuestros pecados, la relación entre la ley y el Espíritu, cómo Dios pretende incorporar a la plenitud de los gentiles y de Israel a su nueva comunidad de creyentes. Pablo integra tiempo y eternidad, historia y escatología, justificación, santificación y glorificación de una manera tan profunda que Pedro llega a decir que hay cosas en los escritos de Pablo “difíciles de entender” (2 Pedro 3:16).

Pero, a partir del capítulo 12, hace un cambio brusco en los temas presentados en la carta a los Romanos. Pasa a escribir las implicaciones prácticas del evangelio para la vida de los cristianos, pero antes de hacer la transición entre la profundidad de la teología y las alturas de la práctica cristiana, escribe un lindo himno de adoración a Dios.

Pablo nos ayuda a entender algunas verdades en esa transición. Es peligroso solo el estudio de temas teológicos que no llevan a la adoración. Una teología sin adoración puede quitar de la vida la alegría del cristianismo y eso es muy peligroso. Por otro lado, todavía más peligroso es una adoración desprovista de teología. Como dijo Mark Johnston: “La teología es la espina dorsal de la vida cristiana”. Por eso, Pablo nos enseña en esa transición a tener el equilibrio entre la teología y la adoración, una está íntimamente relacionada a la otra. No podemos tener solo la presentación de temas teológicos sin llevarlos a la adoración, como tampoco podemos tener adoración sin una base teológica sólida. Puede ser un peligro intentar ver la vida de los cristianos solo por medio de argumentos teológicos que, de manera aislada, pueden volvernos fríos e indiferentes. Por otro lado, un peligro hasta mayor es tener adoración sin base teológica. Ese error puede llevarnos a una adoración vacía, que honra con labios, pero en la que el corazón está lejos de la verdad.

La vida cristiana equilibrada debe estar completamente fundamentada en el “Así dice Jehová” y en la verdadera adoración que no es solo de labios, sino que se lleva a la práctica en cada aspecto de la vida.

Después del himno, en el versículo 36, Pablo enseña que la vida cristiana debe llevarnos a tres reconocimientos. El cristiano tiene que reconocer que todo es de él, todo viene a nuestras manos por medio de él y todo es para él. Esos tres puntos no son solo aspectos cognitivos, sino que deben manifestarse en cada aspecto de nuestra vida diaria.

En primer lugar, debemos reconocer que todo es de Dios. Ese primer punto es el más fácil para la gran mayoría de los cristianos, pues es una cuestión solo de consentimiento intelectual. Si alguien te pregunta: ¿quién te dio ese auto, esa casa, ese empleo? Casi automáticamente decimos: “me los dio Dios”. Algunos hasta ponen un adhesivo con ese eslogan en el auto. Ese es el primer punto para ser fiel; pero, según el texto de Romanos 11, no es lo único.

El segundo punto ya es más práctico, no es solo él, sino también por él. En otras palabras, lo que me viene a las manos no es por mi fuerza, sabiduría y capacidad, sino por la providencia de Dios que actúa en mí y me da fuerza, sabiduría y capacidad.

Cierto día conversé con un empresario cristiano que intentaba convencerme de que en Brasil no es posible ser completamente honesto y además próspero en los negocios. Él no tenía ninguna dificultad en reconocer que todo lo que poseía era de Dios, pero admitió que no ganaba por medio de él, sino por la manera en la que él actuaba para burlar la ley. Por eso, no basta con decir: “Todo es de él”, tenemos que decir también: “Todo es por medio de él”. Tenemos que tomar la siguiente decisión en ese punto: “Creo que todo lo que tengo llegó hasta mí por la amorosa mano de Dios.

  • Usted ¿llegó donde llegó solo?
  • Usted ¿es lo que es por cuenta propia?
  • Usted ¿tiene lo que tiene solo por su capacidad?

Santiago 1:17 nos dice que todo lo que tenemos y somos, nuestros talentos, tiempo, salud, capacidades y oportunidades los recibimos de la amorosa mano de Dios. Pero nuestra mayor dificultad es dar el tercer paso y reconocer que todo lo que tenemos es para Dios y su causa. Podemos hasta admitir mentalmente que es de él y por él, pero tenemos que actuar y ser fieles para demostrar que todo es para él.

Dios sea alabado porque ya se está levantando una generación de jóvenes que viven admitiendo que todo es de él, por él y para él. Jóvenes que están incómodos porque se dan cuenta que podemos hacer más por la proclamación de la verdad con nuestros talentos y recursos. Esa es la actitud que lleva a un reavivamiento personal y duradero. Algo debe iniciarse en nosotros.

Entre 1904 y 1905 el País de Gales vivió lo que se conoce como uno de los mayores reavivamientos de la historia. Los periódicos de todo el mundo difundían la noticia de las cosas extraordinarias que sucedían en virtud del reavivamiento. Un día, un hombre de Londres tomó un tren y decidió ir a ver personalmente si lo que él había leído en los diarios era verdad. Al desembarcar en el País de Gales se dio cuenta que no sabía por dónde comenzar a buscar tal reavivamiento. Después de andar por algunas cuadras, decidió abordar a un policía que estaba parado en una plaza. Se acercó y le preguntó: “Policía, ¿dónde está sucediendo el gran reavivamiento que los diarios tanto difunden?”. El policía con lágrimas en los ojos señaló su propio corazón y dijo: “Señor, el reavivamiento está sucediendo detrás de estos botones de bronce”.

El reavivamiento ¿ya comenzó en usted?

Josanan Alves de Barros Junior

Mayordomía Cristiana – DSA

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