Mundo: el mensaje del advenimiento a todo el mundo en esta generación sigue siendo el blanco constante de los jóvenes adventistas. “Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mat.24:14).
Trompetas/Ángeles: el mensaje de los 3 ángeles que debe ser anunciado al mundo por los jóvenes. “Vi volar otro ángel […] que decía […] ¡Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado […] Otro ángel lo si- guió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad […] Y un tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: «Si alguno adora a la bestia […] y recibe la marca […] él también beberá del vino de la ira de Dios […] (Ap 14:6-10).
Cruz: el sacrificio y el amor por la humanidad se simbolizan en la cruz de Jesús. “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (He. 12:2).
JA: los jóvenes adventistas, cuya espiritualidad deriva de Jesús, viven compartiendo su fe en el compañerismo con otros. “Con semejante ejército de obreros, como el que nuestros jóvenes, bien preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a venir.” (Mensajes para los Jóvenes, p. 137).
Amarillo oro: representa la excelencia espiritual de un carácter moldeado por la voluntad de Cristo en el interior del joven. “Mas él conoce mi camino: si me prueba, saldré como el oro” (Job 23:10)
Azul: la firme lealtad al Señor produce y demuestra el triunfo de una vida en Jesús. “Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento” (2 Cor. 2:14).
Blanco: representa la pureza de vida en conducta, lenguaje y RELACIÓN con los demás, reflejando los ideales del Salvador para sus hijos. “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Tim. 4:12).